Cada uno tiene sus pasiones, la mía es el mundo de los Bienes Raíces.

Cuando era niño, observaba a mamá, que llevaba años trabajando en el sector inmobiliario. La admiré por su enorme conocimiento, su compromiso, pero sobre todo por lo mucho que se empeñaba en lo que hacía.

Yo ya entonces sabía que tenía “ese algo” heredado de ella… Seguía aprovechando sus conocimientos y experiencia a lo largo de los años hasta que llegó el momento en que decidí tomar ese fascinante camino profesional yo mismo, independientemente.

El primer inmueble que conseguí vender al tener tan solo 17 años (todavía con la ayuda de mi madre, por supuesto) fue una casa que se convirtió en un sueño hecho realidad de una gente joven y llena de energía.

A partir de ese momento, estaba convencido al 200% de que lo que estaba haciendo fue exactamente lo que me daba alas en la vida.

¿Qué es lo que me da la mayor satisfacción profesional?

Un cliente satisfecho.

Ahora me dirijo a la búsqueda de nuevos lugares para hacer felices a otras personas – ¡hasta pronto!